Asociación Uruguaya de Capital Privado
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URUCAP es una asociación sin fines de lucro que reúne a firmas de capital de riesgo, semilla, así como inversores ángeles, empresas de diversos rubros y otros actores clave.

Tenemos como propósito integrar y desarrollar la industria de Capital Privado, Capital de riesgo e inversión semilla, generando más oportunidades para inversores y emprendedores, con el objetivo de generar un impacto positivo.

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En esta sección encontrará los eventos pasados y la agenda de próximas actividades de URUCAP y sus miembros.

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En esta sección compartimos novedades e información nacional e internacional de interés, sobre el sector del Venture Capital y de nuestros miembros.

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Desde URUCAP tenemos como eje de trabajo la investigación y producción de estudios sobre el estado actual de la industria.

Últimas notas del blog

Analizá bien, decidí, actuá rápido

El análisis es importante, pero tiene que ser acotado. Analizar bien no es buscar certezas absolutas, sino estructurar el pensamiento con un marco claro. Acá te comparto cómo entiendo cada una de las tres etapas clave para avanzar:


1. Analizá bien

  • Definí el problema: Si no lo podés escribir en una frase, todavía no lo entendiste.
  • Listá alternativas concretas: Las decisiones reales se toman entre opciones viables, no entre ideas vagas.
  • Usá criterios definidos: Evaluá las opciones con lógica, no con intuición pura.
  • Involucrá a otros si es necesario / posible: Pedí miradas distintas. La diversidad de opiniones enriquece la visión.
  • Acotá el tiempo de análisis: Ponete una fecha límite. «Everyone needs deadlines» decía Walt Disney.

2. Decidí sin demoras

  • Una vez analizado, decidí. Lo peor que podés hacer después de analizar bien es seguir postergando la decisión.
  • No esperes la certeza total: No existe. La decisión perfecta no llega, y esperarla sólo te frena.
  • Asumí la responsabilidad: La decisión es tuya. No es para delegar ni esperar aprobación eterna.

3. Actuá rápido

  • No dejes que el día a día te frene: Muchas decisiones quedan “tomadas” pero no se ejecutan.
  • Asigná recursos: Tiempo, presupuesto, equipo. Sin eso, no hay acción real.
  • Dale prioridad: Ejecutar lo estratégico debe ganarle al torbellino de lo operativo.
  • Medí resultados: No para castigar errores, sino para aprender y ajustar.

El riesgo de no decidir a tiempo sobre temas estratégicos es enorme. Cuando las decisiones se dilatan, los problemas crecen, las oportunidades se enfrían y la energía del equipo se dispersa. Lo no decidido crea ruido, incertidumbre y una carga mental que termina afectando incluso la operación diaria. Muchas veces, los temas difíciles no se resuelven… simplemente se agravan con el tiempo.

Y acá está una (de las pocas) ventaja enorme que tienen las startups frente a las corporaciones: la capacidad de decidir y ejecutar rápido. Mientras una gran empresa necesita múltiples niveles de aprobación, validaciones cruzadas y ciclos eternos de planeamiento, una startup ágil puede analizar, decidir y actuar en cuestión de días. Ese ritmo es un activo estratégico. Pero para aprovecharlo, hay que animarse a usarlo.

Además, como fundador o líder, tu equipo espera decisiones. Las personas están esperando que definas el rumbo. Postergar decisiones importantes no solo frena el avance, también genera desilusión. El equipo se frustra, pierde foco y empieza a actuar sin alineación. Tomar decisiones no solo mueve la empresa hacia adelante, también consolida la confianza del equipo en su liderazgo.

Y no nos olvidemos: incluso con el mejor análisis, nos vamos a equivocar. La clave está en monitorear los resultados y tener la humildad de ajustar si es necesario. Pero también en darle a cada decisión el tiempo suficiente para mostrar su impacto. Las decisiones importantes no entregan resultados inmediatos. Pero son las que, en el largo plazo, construyen lo que queremos lograr.

Así que ya sabés: analizá bien, decidí sin demora, y actuá rápido. Tu startup — y tu equipo — lo necesitan.

Reflexiones desde la 8va ColCapital: Impulsando el Ecosistema desde Uruguay

El 4 y 5 de marzo tuve el privilegio de representar a URUCAP en la 8va edición de ColCapital, el evento clave para el ecosistema de inversión en Colombia, realizado en el Grand Hyatt de Bogotá. Este congreso reunió a los principales actores del capital privado y de riesgo de la región, consolidándose como un espacio de intercambio de conocimientos, conexiones estratégicas y análisis de tendencias.

Durante mi paso por ColCapital, tuve la oportunidad de compartir la visión y el propósito de URUCAP, presentando cómo trabajamos para fortalecer el ecosistema de inversión en startups tecnológicas en Uruguay. A lo largo de diversas conversaciones con fondos de inversión, emprendedores y corporaciones, surgió un gran interés en entender mejor el potencial del mercado uruguayo y su conexión con el resto de LATAM.

Uno de los focos de mi participación fue también hablar sobre UIH (Uruguay Innovation Hub), una iniciativa clave que busca posicionar a Uruguay como un polo de innovación y emprendimiento de alto impacto. Compartí cómo UIH está generando oportunidades para startups y fondos interesados en explorar el mercado uruguayo como una plataforma de expansión regional.

Más allá de las charlas y paneles del evento, ColCapital fue un espacio ideal para fortalecer vínculos y generar oportunidades concretas de colaboración. En varias conversaciones, extendí la invitación a referentes del ecosistema colombiano para que profundicen su conocimiento sobre Uruguay, brindándoles acceso a contactos clave y facilitando conexiones estratégicas con otros actores relevantes.

La energía y el entusiasmo en el evento reflejaron el dinamismo del capital privado en la región y la creciente relevancia de Uruguay dentro del ecosistema de inversión. Eventos como ColCapital refuerzan la importancia de construir puentes entre mercados, fomentando la cooperación y el crecimiento conjunto.

Desde URUCAP seguiremos trabajando para fortalecer estos lazos y posicionar a Uruguay como un actor clave en el desarrollo del venture capital en Latinoamérica. ¡Nos vemos en el próximo encuentro!

Tres comentarios que nunca hice, ni nunca recibí (pero que tal vez deberíamos decirnos)

En el mundo de la inversión ángel y el capital de riesgo, suele repetirse hasta el cansancio que “invertimos en la gente”, que la transparencia y la comunicación honesta son clave. Sin embargo, hay ciertas verdades que casi nunca salen a la luz. Estos tres comentarios, que ni he dicho ni me han dicho, tal vez explicarían muchos “no” y evitarían varias frustraciones. Aunque duelan, creo que serían un paso más hacia construir relaciones más sanas y, por qué no, un ecosistema más fuerte.

  1. “No invierto en ti porque eres un soberbio.”

Sería mucho más sencillo si, de vez en cuando, alguien se animara a decir: “Mirá, no podemos trabajar juntos porque tu actitud es intransigente, no escuchás ni valorás a tu equipo.” Es fuerte, claro. Pero cuántas veces hemos dado largas explicaciones sobre “la falta de tracción” o “la poca claridad de la propuesta”, cuando en realidad la razón de fondo es que no podemos (o no queremos) lidiar con un ego desmedido.

Y ojo, que me incluyo: también he tenido mis momentos de soberbia. Entonces, ¿no sería más constructivo decírnoslo de frente? Capaz así nos ahorraríamos resentimientos y podríamos madurar un poco como comunidad.

  1. “No te creo.”

La falta de credibilidad es mortal para cualquier negociación. He estado en ambos lados: presentando proyectos difíciles de creer y escuchando otros que parecían pura ciencia ficción. En vez de maquillar la respuesta con “todavía no veo el product-market fit”, tal vez podría decir: “Lo siento, pero no me convence y no tengo evidencias para cambiar de opinión.”

Sí, suena duro y tal vez destructivo en el momento, pero a la larga es más respetuoso que dejar a la otra parte haciendo malabares para probar lo improbable. A veces, con un simple “no te creo” se cierra un capítulo y se abre la oportunidad de buscar nuevas ideas o presentarlas de otra forma más sólida.

  1. “No tengo el dinero.”

En este ecosistema damos por sentado que los emprendedores siempre van a conseguir la plata que necesitan y que los inversores tienen chequeras infinitas. Pero la realidad es que el capital es finito, y la competencia por fondos es feroz. Lo cierto es que muchas veces no invertimos simplemente porque no hay recursos disponibles, o no al menos en el momento o en el monto necesario.

Del otro lado, los emprendedores también fingen solvencia eterna cuando en realidad están al borde de tener que parar la operación. Un poco de honestidad nos permitiría calibrar mejor expectativas y esfuerzos. Decir “no hay más plata” o “no llego con estos fondos” no debería ser motivo de vergüenza, sino una base para negociaciones y alianzas más realistas y, por ende, más fuertes.

A pesar de lo incómodas que resultan estas verdades, creo que un poco más de franqueza contribuiría a que el ecosistema de inversión crezca de manera sostenible. No se trata de andar criticando a diestra y siniestra, sino de habilitar un diálogo más genuino que permita corregir rumbos, cultivar mejores relaciones y, en última instancia, ver nacer y crecer más proyectos exitosos. A fin de cuentas, tanto emprendedores como inversores estamos en el mismo barco: queremos que las ideas prosperen y que el país avance. Quizás un poco de valentía para decir lo que pensamos, y de humildad para escuchar lo que no queremos oír, sea la clave para fortalecer este apasionante camino del capital de riesgo.

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