En el año 2019 comencé a participar como inversor ángel y a la fecha he invertido en cuatro startups*. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué lo sigo haciendo? ¿Qué hace que alguien invierta en etapas tan tempranas de un emprendimiento con los riesgos altísimos que eso implica?
Primero es bueno recordar que los inversores ángeles invertimos nuestro propio dinero, ya que no manejamos un fondo de terceros (como es el caso de un venture capital o VC). Esto lo vuelve más personal, más cercano y especialmente más riesgoso, no sólo porque invertir en etapas muy tempranas aumenta el riesgo sino también porque los inversores ángeles generalmente no estamos en condiciones de invertir en un portfolio amplio de empresas para distribuir el riesgo (como lo hace un VC). Además, los inversores ángeles típicamente aportamos más que dinero: aportamos nuestra experiencia previa así como nuestra red de contactos.
Mi historia como inversor ángel nace desde la necesidad de aprender. He estado involucrado en empresas de servicios de IT desde 2010, teniendo la suerte de co-fundar una en 2014 y de ser socio de otra en 2022, ambas de servicios de desarrollo de software que se exportan a USA. Por lo tanto, la industria de servicios de IT me resulta muy familiar. Sin embargo, existe otra cara de esa moneda de empresas de tecnología: las empresas de producto. Y ahí mi experiencia era casi nula.
Entonces, apalancado en la experiencia y éxito de esas empresas de servicios, fue que decidí invertir en empresas de producto, básicamente para aprender. ¿Qué mejor forma de aprender que cuando te jugás tu propio dinero en algo que también sos dueño (aunque sea minoritario)? El hecho de invertir tu propio dinero hace que realmente tengas skin in the game y por tanto se alinean tus intereses con los intereses de los founders.
Claro que existen otras formas de aprender sobre startups de producto, ya sea mediante libros, cursos o incluso un posgrado. Y casualmente, el costo de un buen programa de posgrados es muy similar a los montos de inversiones ángeles (al menos en LATAM). Y sinceramente creo que he aprendido mucho más invirtiendo que si hubiera pagado un posgrado!
Y no es sólo por aprender… También lo hago como una apuesta a futuro, una ficha en un juego con mucho riesgo pero que puede darme rédito. Y por último, también lo hago porque lo disfruto! Disfruto acompañar a emprendedores, disfruto tener conversaciones y discusiones sobre estrategias, tácticas y posibilidades. Yo sigo aprendiendo sobre la industria de los productos de IT y a la vez vuelco mi propia experiencia liderando empresas y equipos, sin tener que estar yo al frente. Es realmente una situación win-win.
Volviendo a la cercanía de la que hablaba antes, parte de mi tesis de inversión implica que tengo que conocer al equipo emprendedor, ya que para mí son el factor más importante que miro al momento de invertir, ya que quiero seguir disfrutando de ese acompañamiento incluso a un nivel humano, y seguir aprendiendo por supuesto!
(*) Las startups en las cuales he invertido son: Dronfies, LineUp, OrderEAT y Bloop Machine.